Excavación de la masacre racial de Tulsa: Por ayudar a dar paz a una comunidad sacudida por la violencia racial

2021 MIP #34

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FOTOGRAFÍA DE NICK OXFORD PARA THE WASHINGTON POST A TRAVÉS DE GETTY IMAGES

Una excavación de prueba de las tumbas de la masacre racial de Tulsa en el Cementerio de Oaklawn en Tulsa, Oklahoma, EUA. A la derecha, la destrucción durante la masacre racial de Tulsa de 1921.

Ocurrió hace un siglo, pero las cicatrices de la Masacre racial de Tulsa de 1921 son profundas. Lo que comenzó cuando un joven lustrabotas afroamericano fue acusado de atacar a un ascensorista blanco en Tulsa, Oklahoma, EUA, escaló en los siguientes días hasta arrasar el próspero barrio negro de Greenwood.

Hay pocos registros de los eventos de ese día y no existe un recuento oficial de las vidas perdidas durante la masacre, pero los historiadores creen que el número podría ascender a 300. Un informe del gobierno de 2021 concluyó que las autoridades de la ciudad proporcionaron armas y municiones a personas blancas, efectivamente autorizándolos a cometer actos de violencia.

Buscando responder las interrogantes pendientes, los líderes gubernamentales lanzaron un programa multidisciplinario que utilizó métodos que incluyen entrevistas y tecnología topográfica para localizar y recuperar los cuerpos de las personas asesinadas.

Dirigido por la arqueóloga del estado de Oklahoma, Kary Stackelbeck y la antropóloga forense Phoebe Stubblefield, el proyecto se inició con una excavación de prueba en 2020, seguida de una excavación completa este año. A continuación, Stackelbeck analiza el proyecto, los esfuerzos por involucrar a la comunidad en el proceso y cómo el equipo está desarrollando confianza a través de la transparencia.

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FOTOGRAFÍA CORTESÍA DE LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE ESTADOS UNIDOA

¿Quién está involucrado en el proyecto?

Alrededor de 20 años atrás se reunió un equipo interdisciplinario de investigadores para abordar el tema de las fosas comunes, pero el trabajo se detuvo antes de que pudieran iniciar las excavaciones. Varios de esos investigadores participan en nuestra iniciativa, que involucra a tres comités.

Un Comité de contexto histórico ha recopilado registros históricos, documentación, historias narradas y otras anécdotas proporcionadas por miembros de la comunidad. El Comité de investigación física está a cargo de tomar esa información y ejecutar el proceso de la excavación física en sí. Mi trabajo consiste principalmente en tratar de encontrar los entierros. Una vez que los localizamos, el equipo forense analiza los restos para determinar la probabilidad de que puedan ser víctimas. Un tercer equipo, el Comité de supervisión pública, está principalmente compuesto por descendientes de los sobrevivientes y otros miembros de la comunidad afroamericana de Tulsa. Abordamos sus inquietudes en cada etapa y no procedemos hasta recibir su aprobación. Durante el periodo de mayor actividad de esta última ronda de excavaciones teníamos cerca de 30 personas en el sitio que participaban en el proceso.

¿En qué aspecto es esto diferente del proyecto típico en que usted podría trabajar?

Si bien los arqueólogos están acostumbrados a colaborar con los científicos forenses, las circunstancias de este caso son diferentes. Aquí estamos trabajando con una escena del crimen de 100 años de antigüedad y nuestras técnicas de excavación fueron adaptadas para maximizar la capacidad del equipo forense de evaluar cualquier indicio de trauma. Por ejemplo, en lugar de limpiar cuidadosamente todos los elementos del esqueleto y retirarlos individualmente, aplicamos un consolidante a algunos de los restos más frágiles y los retiramos como bloque junto con la tierra. El equipo forense podía obtener imágenes con rayos X en nuestro laboratorio en el lugar antes de que los huesos se degradaran por la exposición.

¿Qué descubrió en la última excavación?

Estamos en las primeras fases de reunir el análisis forense, pero nuestras excavaciones han revelado evidencia de 34 entierros, de los cuales hemos recuperado 19. Tenemos el caso de un individuo que es definitivamente una víctima de arma de fuego y de otros que fueron enterrados sin demostrar el debido respeto. Nuestra hipótesis de trabajo en esta ubicación era que si encontrábamos una víctima de la masacre, encontraríamos a otras víctimas inmediatamente adyacentes, y ese puede no ser el caso.

En la arqueología se vuela a ciegas gran parte del tiempo y se encontrará con información y patrones de datos diferentes de lo que pudo haber anticipado. Por eso, debe ser lo suficientemente ágil para ajustar la estrategia de la excavación debido a la nueva información a medida que la encuentra.

¿Cómo está midiendo el éxito del proyecto?

Siento que nuestros últimos esfuerzos han sido exitosos en el sentido de que me siento bien con el modelo de colaboración entre nuestras múltiples disciplinas y nuestro flujo de trabajo. Lo desafortunado es que necesitamos que más de las víctimas cooperen, por así decirlo —necesitamos encontrarlas en el lugar correcto. Nuestros métodos finalmente funcionarán. Debemos tener paciencia y entereza para seguir adelante

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