La devastación de los incendios forestales de 2019-2020 en Australia fue terrible: hasta 19 millones de hectáreas (47 millones de acres) quemadas, casi 3.000 millones de animales muertos o desplazados y 434 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono lanzadas al delicado ecosistema de la zona.
“Era una visión del futuro climático que nadie quería”, afirmó Dermot O'Gorman, CEO del grupo conservacionista WWF-Australia. “Las imágenes que todos vimos eran realmente apocalípticas”.
Incluso en medio de una pandemia, el grupo reconoció que ese nivel de devastación exigía una respuesta e inició lo que declara el “programa de recuperación de vida silvestre y regeneración del paisaje más grande e innovador en la historia de Australia”.
Lanzado en octubre de 2020 con la esperanza de recaudar AUD 300 millones en cinco años, Regenerate Australia busca reconstruir el ecosistema: duplicar el número de koalas en su costa este para 2050, reconstruir bosques y premiar los logros en energía renovable para ser más resilientes a crisis futuras. Pero para convertirse en un verdadero catalizador del cambio, el equipo de O’Gorman también buscó soluciones innovadoras y formó alianzas estratégicas con inversores, consejos, comunidades, universidades, corporaciones y think tanks enfocados en el futuro. El objetivo: fijar metas audaces y modelos escalables.
“No solo queríamos reponer lo que había antes”, señaló O'Gorman. “Queríamos regenerar lo perdido y preparar a Australia para otros desastres climáticos futuros”.
FOTOGRAFÍAS CORTESÍA DE WWF AUSTRALIA
Renacer de las semillas
Para restaurar los 12,6 millones de hectáreas (31,1 millones de acres) de bosques y matorrales quemados, la startup australiana AirSeed Technologies está utilizando drones que dispararan 40.000 vainas de semillas de eucalipto al día y monitorean su crecimiento con IA. La tecnología busca contribuir al objetivo de plantar y proteger 2.000 millones de árboles para 2030 y podría convertirse en una avanzada solución para acelerar la reforestación en todo el mundo. El cofundador y CEO de AirSeed, Andrew Walker, la califica como “una herramienta para combatir la pérdida de biodiversidad y el cambio climático”.
La iniciativa de plantación es parte de una estrategia mayor que busca que los terratenientes, agricultores, comunidades indígenas, empresas y agencias de gobierno trabajen juntos para que Australia sea líder mundial en reforestación para 2030, afirmó O'Gorman. “Los bosques de Australia son nuestro patrimonio y legado, y todos tenemos la labor de salvarlos y restaurarlos para las próximas generaciones de personas y naturaleza”.
Estos bosques también brindan alimento y hábitat esenciales para criaturas nativas como los koalas, pero 61.000 resultaron muertos, heridos o desplazados en los incendios forestales, según WWF-Australia. Para propiciar el regreso de los koalas, la organización financiará mejoras en los hospitales de vida silvestre locales, creará una unidad de respuesta veterinaria móvil y construirá un avanzado hospital para la fauna lesionada.
—Dermot O’Gorman, WWF-Australia
Dron de siembra
WWF-Australia también está apoyando la innovación con AUD 1,32 millones para nueve proyectos dirigidos a desarrollar, probar o escalar soluciones. Por ejemplo, un equipo de la Universidad de Sunshine Coast en Queensland está trabajando en identificadores que usan energía solar y tecnología de muy alta frecuencia para ayudar a los científicos a rastrear koalas desde una mayor distancia. Otro equipo de la Universidad Macquarie en Sídney fabricó cápsulas portátiles donde los koalas podrían esconderse si el fuego envuelve sus hábitats naturales.
“Aporta ideas novedosas de personas con una visión diferente, con otra perspectiva que nosotros no vemos”, señaló Darren Grover, Director de Paisajes Terrestres y Marinos Saludables de WWF-Australia. “Necesitan un poco de financiamiento para pasar de la idea a la realidad y por eso es emocionante apoyar a estos pensadores creativos”.
Un llamado a la acción
Decidida a abordar una de las causas raíz de los incendios forestales en el mundo, WWF-Australia también está dando un gran paso en cuanto al cambio climático: convertir a Australia en el principal exportador mundial de energía renovable para 2030.
Con una combinación de proyectos eólicos, solares e hidroeléctricos, el 21% de la electricidad de Australia provenía de fuentes renovables en 2019, pero el equipo de O’Gorman quiere que los sectores público y privado piensen en grande e imaginen un futuro sin emisiones de carbono.
Para lograrlo se han fijado algunos objetivos ambiciosos, como cubrir el 100% de la necesidad nacional de electricidad mediante fuentes renovables. Los planes también contemplan acumular excedentes de hidrógeno y energía solar suficientes para venderlos a países del sudeste asiático.
Lograr esos objetivos generaría un gran crecimiento laboral y tales proyecciones económicas están ayudando al equipo de O'Gorman a obtener el apoyo para la transformación energética. En 2020, los gobiernos de Australia invirtieron más de AUD 7.000 millones en proyectos de energía limpia como parte de sus medidas de estímulo para la recuperación del COVID-19, según el informe de energía renovable de WWF. Queensland, por ejemplo, nombró a su primer Ministro de EnergíasRenovables e Hidrógeno y se comprometió con AUD 500 millones para proyectos renovables de propiedad estatal.
“Ahora la consideran una oportunidad para mejorar la naturaleza y la vida”, sostuvo O'Gorman.
El sector privado también se está sumando y más de 100 empresas han apoyado la iniciativa. Además, el equipo de O'Gorman está colaborando con legisladores y mercados financieros para crear incentivos crediticios por la compensación de carbono que se pueden acumular para aumentar el atractivo de las inversiones privadas.
El enfoque disruptivo ante el cambio climático y la restauración tras los incendios forestales es una extensión de la transformación organizativa de WWF-Australia iniciada hace seis años. Para garantizar beneficios mutuos para todos los interesados, los equipos volvieron a capacitarse en áreas como pensamiento de diseño y colaboración y como resultado, respondieron con mayor agilidad.
“WWF seguirá abogando por políticas que beneficien a las personas y a la naturaleza”, afirmó O’Gorman. “Así es como restauraremos lo que se ha perdido y reconstruiremos una Australia más resiliente”.